jueves, 29 de octubre de 2009

Incertidumbre fiscal, viejo mal que se renueva cada año.

La atención de los mexicanos se ha centrado los últimos días en los desfiguros de nuestros Diputados Federales, al acordar un aumento a los impuestos y las posteriores “balconeadas” del Dirigente Nacional del PAN el Sr. Cesar Nava, a los Diputados priistas las que podrían acarrear como consecuencia (ojalá así sea) un freno al apetito feroz del Gobierno por el dinero de un pueblo que no ve una a su favor.

Un pueblo que, pese a su debilitada economía, debe seguir patrocinando la ineficiencia gubernamental que se expresa en todos los ámbitos de los tres poderes y en los diversos niveles. Todo esto, en medio del triste panorama político y de un pesimismo que se proyecta tan abiertamente en la ciudadanía que, unicamente los cínicos no pueden o no quieren ver.

Este enredo de los impuestos, es tan ruidoso y alarmante que nos hace desatender otras tantas realidades que nos carcomen la ilusión de ser una sociedad asentada en la justicia, la libertad, el respeto a la dignidad, los derechos humanos y la justa distribución de la riqueza.

Y digo que nos hace desatender otras realidades, porque las temerarias desiciones que se nos anuncian, trastocan nuestro ritmo de vida, distrayéndonos el asombro que nos causa la incomprensión de quienes deciden el tamaño de las angustias de una comunidad que sigue de pie, a pesar de los muchos culpables de la hipocresía sin escrúpulos. De esos que hacen todo por el pueblo, pero sin el pueblo.
La incertidumbre fiscal es una de las viejas enfermedades que padece la sociedad mexicana, cuyo dolor se agudiza cada fin de año porque nuestros gobiernos hasta el dia de hoy no han encontrado, o más bien, no se han preocupado ni aplicado en buscar otras fuentes de ingresos que aligeren el pesado fardo de la carga tributaria que soporta.

Pero lo anterior es solo una crónica dolencia entre otras tantas, que ha propiciado, esa inveterada actitud por parte de quienes gobiernan de no entender que el imperio de la ley como mero concepto no basta; ya que, en una democracia, es precisamente el imperio de la ley, lo que constituye la nota primaria y fundamental del estado de derecho.

¿Como quedará la carga fiscal para el año 2010? de momento no lo sabemos, pero como sea, que no olviden nuestros gobernantes en turno, que una sociedad que paga impuestos, al menos espera transparencia, sentido de las prioridades en la aplicación de los recursos y disciplina en el gasto; y si de paso, tampoco olvidan, que todo funcionario debe tener un mínimo de dignidad republicana, que le ayude a recordar a cada momento, que su trabajo es de mera y transitoria representación de los mexicanos, y no una simple ocasión para pasarse todo el tiempo solo mirándose al ombligo como muchos lo hacen, ignorando los rayos y las centellas de la tormenta que con su inconsciencia han provocado.

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