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viernes, 30 de octubre de 2009

Que cosa tan injusta es la justicia

Las contradicciones con las que tropezamos a cada momento en esta nación que ha transcurrido su accidentada historia sobre las traiciones que se han sucedido una tras otra, hacen que el panorama final de la primera década del siglo XXI, sea digno de una postal en la que aparece el absurdo apoderándose del pueblo por la irracionalidad de los hechos sociales e institucionales.

Lo evidente no requiere prueba, mientras otros países bajan los impuestos, aquí, donde nos damos de bofetadas todos los días con la pobreza, los suben (los impuestos), con la aberrante dedicatoria a los que consumen tabaco y cerveza con singular alegría, y lo hacen así, o sea hasta el exceso, porque con la complacencia gubernamental se les ha inculcado el habito de ir pagando en abonos, el derecho a morirse antes que los demás.

Pero por si fuera poco, y para la ironía en un país enfermo de desconfianza, ahora se perfila aumentar el I.V.A. a 16%; pero ojo, también se toma la precaución de filtrar la promesa de los Legisladores de que dicho aumento tendrá vigencia solo por un año ¿Y qué fue lo que nos dijeron con el pago sobre la tenencia de los automóviles? , pues que era solo para pagar los costos de los Juegos Olímpicos de 1968. Una infame mentira que se ha reído de nuestra impotencia ciudadana por más de 40 años.

Espero no considere una osadía de mi parte, el acudir de cuando en cuando a grandes pensadores para medir en el tiempo y con su sabiduría, el tamaño de las pueriles y absurdas justificaciones con las que han alimentado en el pueblo, la espera de un tren que nunca llegará. Al menos, mientras no estemos dispuestos a darle un puntapié a nuestra vida de indolencia y recato político.

Sócrates, nos dijo que “Una vida sin examen no merece ser vivida”. Se refería desde luego, a la existencia de esas personas incapaces de romper la rutina para salir a buscar las ideas. También preguntaba con insistencia a sus conciudadanos si sabían lo que era la justicia, para demostrar que ni ellos ni él, sabían la respuesta correcta de algo que se suponía tan fácil, claro y evidente.

Lo triste del caso, es que a 2400 años, seguimos sin encontrar una respuesta satisfactoria en virtud de las contradicciones y miserias que nos envuelven. Ahí están, como botón de muestra, tanto el temeroso contribuyente, como el impotente hombre inocente confinado a una celda por la cruel y perversa maquinación que tanto abunda, por la carencia de una verdadera cultura de la legalidad esperando el rayo liberador de esa justicia, cuyo significado, aun no podemos encontrar.

En relación a esto, podrán borrar todos los grafitis lo que no me incomodaría, sobre todo esas pintas imbéciles con las que a diario tropezamos en nuestras ciudades, menos uno, porque esta cincelado en mi memoria:

¿Justicia?

Y apropósito de esto, que pobreza
La del mísero idioma castellano;
Justicia es la verdad y la pureza;
Justicia el alguacil y el escribano.
Y así cuando me oprima con fiereza
Fallo movido por proterva mano
Diré sin enfadarme y sin malicia
Qué cosa tan injusta es la justicia.

¿No le parece?

viernes, 23 de octubre de 2009

Bienvenida clase media; la pobreza les espera con los brazos abiertos.

Estamos consumiendo las ultimas paginas del almanaque del año 2009, y el vértigo de la velocidad se acentúa porque Diciembre solo dura 15 días, no solo por el espíritu navideño anticipado, sino por el periodo vacacional que es parte medular de nuestra mexicanísima cultura, conocido como “Lupe Reyes”, que abarca del 12 de Diciembre, que es el mero día de la virgen de Guadalupe, al 6 de Enero, día de los santos reyes.

Todo un mes autorizado para los pretextos para no hacer, y de tiempos propicios para hacer lo que ha de pasar desapercibido entre las cortinas de humo, el ruido de cohetes y las borracheras inspiradas en el reencuentro y hasta en el desencuentro familiar.

Por lo pronto, nuestros Diputados Federales incorporan un ingrediente más a ese ambiente de fiesta y presagio, anunciándonos lo amargo de la medicina que nos recetan para el año 2010, con la etiqueta de “subida de impuestos”; para remediar, según ellos, algunos males que aquejan a la gran familia nacional que somos.

Es claro que el PRI y el PAN, entienden que hay circunstancias que requieren la unidad de fuerzas, sobre todo cuando se trata de solucionar los problemas de caja del gobierno. Lo que no estaría del todo mal, si el gobierno orientara su función a resolver las graves carencias del país, como la de los pobres, cuyo número rebasa la mitad de la población mexicana., y desde luego, las de la clase media, que tiene todo el derecho a negarse a ser pobre.

A estas alturas resulta ocioso, el preguntarnos por los mecanismos de consulta “utilizados” por los legisladores para subir los impuestos, ni siquiera indagar donde quedaron las últimas reformas tan presumidas por el gobierno en su conjunto; simplemente vale la pena recordar las muchas veces que hemos expresado que, son mínimas las actitudes que hacen la diferencia entre los partidos políticos que, hoy por hoy, marcan las pautas para el presente y diseñan nuestro futuro.

Pero este es el México de ahora y el que, según las vísperas, tendremos el año entrante. Por eso, a la inseguridad, que ahora es el nombre de todas las cosas, hay que añadir la neurosis que pueden generar el desempleo y otros tantos vicios combinados con el incremento a los impuestos.

Lo anterior, es el escenario que se está perfilando, toda vez que, no es otro el destino que le depara a un pueblo, al que, por encima de las crisis acumuladas, ahora le “encaraman”, y sobre todo a su clase media, la carga de “medio salvar” al país mediante el pago de más impuestos, los que según dicen, se incrementan por razones de estado, que no es otra cosa más que el estado de desesperación por no querer entrarle al fondo del problema mayor que tenemos y, que se finca en la terca corrupción y en las complicidades con los poderes facticos y su incontenible adicción al dinero.

Pero bueno, mientras sigamos en este país regidos por esa enmarañada red de instituciones, y los conceptos de una clase política nada dispuesta a jugársela por México, pocas posibilidades serias vemos en el corto plazo, de un cambio basado en una voluntad sinceramente justiciera, valiente y democratizadora.

Mientras tanto, sigamos pues, votando por aquellos que nos consideran un pueblo “matraquero” y sin memoria.

jueves, 22 de octubre de 2009

La alternancia y sus efectos

Cesar Nava, Dirigente Nacional del PAN parece haber comprendido que las épocas de crisis son tiempos apropiados para reclutar militantes, y se adelanta a los demás partidos políticos, con una estrategia que se propone afiliar a 300,000 individuos en el país.

Desde luego, me parece un proyecto viable si consideramos los millones de simpatizantes que tiene esa organización, y que no han formalizado su pertenencia al partido fundado por Manuel Gómez Morín en 1939.

Pero más que factible me parece una emergencia que se atiende bajo el un cálculo que se hace en función de sus fracasos electorales y de gobierno, que han construido el vaticinio generalizado de que, será el PRI y no el PAN, quien ganará la presidencia de la República el año 2012.
Por su parte, y para no salirse de su carril de la discordia interna la Dirigencia Nacional del PRD, fustiga a los que se “sienten dueños del partido”. La verdad es que, aunque sean muchos los que ostenten factura de propiedad, no serán suficientes para sacarlo de la barranca donde cayó en la elección federal pasada.

En este escenario vemos a Cuauhtémoc Cárdenas pronosticando que, de seguir así el PRD jugará un papel meramente testimonial, es decir, irán resignados a no ganar las próximas elecciones; mientras Andrés Manuel López Obrador nos invita insistentemente a “salvar al país” ondeando la bandera del Partido del Trabajo .

Estos desfiguros, entre otros, que tienen por los suelos la imagen de todos los partidos políticos, nos confirman que en México nos falta mucho para ser una democracia. No olvidemos que para elevar a niveles superiores a nuestra joven, pero ya acusada y acosada democracia, debemos de configurar antes que nada, un sistema autentico de partidos políticos donde sean sus militantes efectivos quienes definan su rumbo, y no las cúpulas que se han adueñado de ellos.
Algunos dirán que, ante los graves problemas los dirigentes y sus partidos, hacen lo que se puede, que la política es el arte de lo posible, que Roma no se construyó en un día, que es largo y sinuoso el camino del cambio etc. etc.

Pero habría que responderles a los no pocos justificadores del letargo convenenciero, que toda crisis debe convertirse en una oportunidad y que, la de ahora, no debe ser ocasión solo para jalar adeptos a los partidos, sino para atender de una vez por , el fundado reclamo de un pueblo que está urgido de políticos congruentes.

Los problemas que enfrenta el gobierno, y las resistencias a todo cambio que no produzca nuevas clientelas partidistas nos demuestran que, la alternancia trasladó el poder de la Presidencia de la República a la presidencia de los partidos y esto, no sería del todo negativo, si sus dirigentes fueran más leales con su ideología.

Somos pues, una Nación gobernada y frenada por los intereses partidistas y por eso, hay que subrayar la emergencia, ya no de crear nuevos partidos políticos (por favor), sino de que, cualquiera de los ya existentes, se convierta en un opción política seria congruente con nuestras realidades.

Coincido con la percepción que desde ahora vaticina el retorno del PRI al poder presidencial. Solo agregaría el deseo de que de volver, no sea el mismo PRI que se fue. Porque las circunstancias no solo pronostican su regreso, sino replantean la exigencia para que asuma la responsabilidad histórica que pocas veces atendió.